Científicos estadounidenses recomiendan redefinir el término “cáncer”

Redefinir el término “cáncer” es lo que recomienda la American Cancer Society, el instituto más relevante de EEUU en investigación médica. Y es que, si definimos como cáncer la multiplicación de células humanas sin control y de manera autónoma, incluso a distancia respecto de otros tejidos en cualquier parte del cuerpo, poniendo en riesgo la vida al paciente, hay, en cambio, otros muchos tipos de “cáncer”, mucho menos afectantes y lesivos, que no son malignos y que cada vez tienen mejores perspectivas de curación debido a una mejor prevención, diagnóstico y analítica.

Son trastornos que todavía pueden no ser cáncer o que no han llegado o llegarán a serlo si se pillan a tiempo. El pronóstico es mucho más favorable en esos casos.

La Asociación Americana de Cáncer propone redefinir el término porque observa que son los mismos enfermos afectados, asustados por el término cáncer utilizado en su diagnóstico, los que piden de entrada los tratamientos más agresivos para evitar lo peor, con consecuencias físicas, emocionales y costosas muy perjudiciales para las personas, lo cual preocupa también al colectivo médico sanitario y gubernamental del país.

Lo que proponen los científicos médicos de la Asociación es redefinir el término cáncer para aquellos trastornos leves menores que son detectados y tratados a tiempo, gracias a los nuevos y rápidos avances que se están produciendo en análisis, diagnóstico y prevención de la enfermedad y que no se corresponderían con la definición oficial. La mentalidad y expectativas de hace 20 años ya no es la misma que hoy, – dicen – como tampoco lo son las posibilidades de curación, que han crecido muy favorablemente y probablemente lo harán más en el futuro.

Un naming apropiado para esos casos puede contribuir pues a una mejora física, emocional y de sanidad pública. No convirtamos pues el término cáncer en presagio de cosas que todavía no son,  que no ayudan a nuestra calidad de vida, que no responde realmente a las expectativas médicas, hoy ya contrastables. Un flaco favor que hacemos a los que se ven “tocados” por esa expresión o palabra maldita, sin estarlo. Un coste emocional impagable para muchos. También para sus familiares y amigos.

Y desde aquí, Nombrand, un BRAVO a esos científicos, médicos, colectivos y medios valientes, positivos y que están del lado de la vida que quieren ayudar a utilizar un lenguaje más moderno, apropiado, positivo o menos estigmatizante y que no sea símbolo de que tu vida peligra o de un pronóstico fatal.

Y es que, cada cosa, por su nombre. “Necesitamos ya una definición del siglo XXI y no una del XIX” asegura el Jefe Médico de la Asociación Americana de Cáncer.

¿Para cuándo?

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