Muchas de las marcas que conocemos actualmente y que cuentan con una gran tradición dentro del imaginario colectivo guardan una gran historia detrás. La mayor parte surgieron durante el siglo XIX, bajo el cobijo de la era de la industrialización, gracias a la que desarrollaron parte del branding que hoy las caracteriza.
En sus orígenes, definieron muchas de las características por las que hoy se distinguen, como el de los nombres de marcas o la identidad visual. Este hecho se produjo precisamente por la mejora de la legalidad que se produjo durante la etapa de la industrialización. Se crearon figuras legales como el registro de los nombres de marcas, que a la postre se han convertido en indispensables para crear una imagen de marca sólida y estable en el tiempo.
En la actualidad, que se ha puesto tan de moda recuperar la publicidad conocida como vintage, se están recuperando muchos de esos anuncios como parte de la estrategia de branding corporativo. El objetivo es crear un lazo con los orígenes de la marca, y establecer una diferenciación temporal respecto a otras marcas más modernas y con menos historia.
Pero, ¿cómo combinar este tipo de branding vintage con la nueva era digital?
Los nombres de marcas deben estar presentes en el imaginario colectivo. Y éste, se encuentra hoy día focalizado en las redes sociales y el entorno digital en el que la sociedad se construye. Por eso, las marcas que ya operan en el mercado deben hacerse un hueco en la nueva era digital y crear campañas de branding en las mismas, para seguir siendo competitivas en el mercado globalizado en el que nos encontramos.
Y es que el desarrollo de la imagen pública que se produce en las redes sociales repercute de forma muy positiva en la marca. No solo porque ésta se da a conocer a un público segmentado y posiblemente nuevo, sino también porque le permite estar en contacto directo con los usuarios, el activo principal de la marca.
Las marcas nuevas, que no cuentan con un recorrido histórico detrás, deben iniciar los proyectos teniendo muy en cuenta la identidad visual y verbal de la marca. El naming es clave a la hora de crear nombres de marcas que resulten atractivas y fáciles de recordar por los usuarios. El logo y finalmente la estrategia de branding corporativo, que deberá incluir etapas off y on page para llegar al público, será también imprescindible.
Los nombres de marcas que tengan una gran historia empresarial detrás deben saber combinar los aspectos vintage y los más modernos, vinculados a la tecnología. Esta estrategia de branding corporativo es la que están llevando a cabo marcas tradicionales como Coca Cola o Freixenet.
La identidad de las marcas debe ser constante pero también debe ser capaz de adaptarse a los tiempos. Los nuevos proyectos, por otra parte, deben de escoger nombres de marcas adecuadas para crear una cultura empresarial acorde con la nueva era en la que nos encontramos.
Para una u otra opción, contar con expertos en naming y en branding corporativo resulta primordial.