Las personas emprendedoras lo son porque toman la iniciativa a la hora de embarcarse en un proyecto hasta la fecha innovador. O, por el contrario, en un negocio donde la competencia ya está consolidada. Crear una marca, tanto en un caso como en otro, resulta imprescindible por muchas razones.
La primera de ellas está relacionada precisamente con la competencia, ya que cuando una empresa crea una marca con personalidad propia, los consumidores pueden diferenciarla con facilidad del resto de marcas del mercado. Ese hecho genera un valor añadido que se puede traducir en éxito comercial. Además, permite la repetición de la compra.
Otra de las razones principales por la que es importante crear una marca con personalidad propia es por el hecho de reducir la necesidad de competir únicamente por el precio, y moverse por la calidad. Pero, ¿qué otras razones existen para diseñar una marca desde cero?
El branding corporativo es muy importante a la hora de construir una imagen de marca que nos posicione en el mercado. Por eso, existen otras muchas razones para contar con el asesoramiento de profesionales en este campo:
- Una marca crea lealtad y fideliza a los consumidores, lo que facilita crear una base de clientes sólida que permita a la marca crecer de forma sostenida.
- Un nombre de marca debe garantizar una calidad uniforme. Es decir, la calidad de los productos debe ser regular en toda la línea productiva para no decepcionar a los consumidores.
- Facilita la comunicación comercial de la marca
- Una marca indica procedencia y originalidad.
Ventajas de crear una marca sólida
Pero más allá de las razones para crear una marca, ¿qué ocurre una vez que ésta se crea? Algunas de las ventajas más destacables son las siguientes:
- El valor que ofrece una marca la hace menos vulnerable a la coyuntura del mercado y a la fluctuación de precios. Además, reduce los costes que deben invertirse en las campañas de marketing, al tener ya un buen segmento de mercado ganado gracias al branding.
- La creación de una marca fuerte no solo es positiva de cara al mercado exterior. También lo es de manera interna, ya que crea una cultura corporativa fuerte que estimula un sentimiento de pertenencia entre los empleados. Es, por lo tanto, una forma de retener el talento.
- La internacionalización de las marcas es más fácil cuando se diseña una hoja de ruta corporativa sólida, que empieza desde la creación de un nombre de marca fundamentado en la personalidad de la misma, y termina por una identidad verbal que sea capaz de comunicarse con el público objetivo que más le interesa.
- El prestigio de la marca se puede utilizar para vincular el naming hacia una línea de productos diferente para ampliar el modelo de negocio.
- Genera un mayor valor en bolsa y gana confianza en credibilidad por sí misma.
En definitiva, provoca compras solo por el hecho de que un producto lleve el nombre de marca de una empresa en concreto. De ahí que sea importante contar con profesionales del branding corporativo que creen nombres de marcas atractivas con una personalidad corporativa sostenible.