La importancia de saber escoger un buen nombre

naming | nombra

Sin nombre no hay marca, y parece que los empresarios catalanes y españoles son poco creativos. Toda marca destaca por el concepto que representa y el mensaje que transmite. Una palabra debe sugerir imagen y sensaciones. De aquí la existencia de empresas como Nombra, especializada en el proceso de creación de nombres para compañías y productos: el naming. Cómo transformar el lenguaje para hacer llegar una idea: desde la sencillez de Unno hasta la naturalidad de Daura, la nueva Damm para celiacos.

Francesc Arquimbau, director ejecutivo de Nombra, es optimista cuando mira al pasado y analiza el presente. Ha cerrado el 2009 sumando 18 años de buena salud, balance positivo, demanda creciente y buenas previsiones para el 2010: “Somos pioneros a nivel español y líderes en especialización, recursos y conocimiento del proceso creativo”. Defiende que la “técnica” del naming requiere análisis de mercado, dominio de la lengua, conocimientos jurídicos y proyección internacional para “encontrar un nombre con éxito que se adapte a todos los territorios, por esto trabajamos con más de 85 lenguas y dialectos”.

Multiexpertos para elegir naming

Los colaboradores de todas partes del mundo tienen un papel relevante por el hecho de conocer el idioma de la zona, pero también hace falta un dominio de expresiones, costumbres y cultura de cada país, para evitar interpretaciones y sensaciones erróneas o desajustes con las diferentes tendencias publicitarias.

En el proceso de naming toman parte más de veinte especialistas en marketing, semiología, lingüística, música o literatura. Además de la creatividad, “también cuenta la saturación jurídica”, un registro que “hace falta conocer por evitar incompatibilidades”. Motor, moda, perfumería, cosmética, alimentación y energía son los principales sectores.

La pequeña y la mediana empresa ya hace años que han sabido darse cuenta de la importancia de construirse un nombre. Segun Arquimbau, “es el marketing más básico que toda empresa ha de incorporar y, para los pequeños negocios, suele ser la única carta de presentación”. Las grandes corporaciones optan por la seriedad, con “apuestas seguras que influirán en sus relaciones comerciales”.

El naming tampoco se escapa de la moda. El lenguaje evoluciona con la cultura, la modernidad y la sofisticación de la sociedad: “de Pastas Gallo a Bocadelia”. Triunfa la imaginación.

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