La infancia es la época de la imaginación, de la despreocupación, y como no podía ser de otra manera, de los juguetes. Una vez terminadas las fiestas navideñas, lo lógico que toda juguetería debería hacer es averiguar los productos que más se han vendido. Así, los resultados sobre los nombres de marca más escuchados en boca de los infantes ya empiezan a ver la luz: los cachorros de Paw Patrol, los personajes de Star Wars y las hermanas protagonistas de Frozen han sido algunos de los juguetes más vendidos en 2016.
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El naming de los muñecos tradicionales, los de toda la vida, (Nancy, Barbie, Nenuco y Pinypon…) siguen posicionándose en los puestos más altos de la clasificación de los juguetes más deseados por los niños incluso en 2017. Tanto es así, que, aunque todos estos muñecos cuentan con sus versiones modernizadas, existen auténticos “hospitales de juguetes” dedicados a su restauración para alargar el traspaso entre generaciones de estas peculiares reliquias y aumentar el apego a los mismos.
Está claro que las marcas infantiles tienen una oportunidad de oro para hacer negocio en torno al imaginario de los más pequeños pero, evidentemente, no todas consiguen alcanzar la fama y el éxito ¿dónde está la clave? ¿En qué debe basarse la estrategia de las marcas de juguetes?
Claro está que si el naming es clave en toda marca también debería ser uno de los factores fundamentales para las empresas del juguete, quizás incluso más que en otros ámbitos ¿Por qué? Porque los niños son especialmente sensibles a estratagemas puramente emocionales y sensoriales y, el verbal branding y el branding sonoro saben muy bien cómo de conectar con lo más profundo explotando un sentido tan peculiar como el oído.
Pero, ¿de dónde viene el naming de las marcas infantiles de juguetes?
La sonoridad, la sencillez, la originalidad y la forma en cómo conecta el producto con su target deberían ser los elementos a tener en cuenta, sin embargo también en esta industria encontramos muchos nombres prácticamente fortuitos. ¿Conocías el origen de estas marcas de juguetes que alcanzaron tanta fama?
- Mattel : ¿de dónde viene el naming de la mayor empresa juguetera del mundo? Viene de la fusión de los nombres de los fundadores del negocio: Harold Matson y Elliot Handler.
- Barbie: poco se habla de los creadores de la muñeca más conocida a nivel mundial. Pues bien, ellos fueron Ruth Handler y su marido, Elliot. ¿El secreto del naming de la muñeca con más glamour? Los fundadores no se complicaron mucho, y tomaron el nombre de su hija “Barbara” para bautizar a Barbie.
- Fisher-Price: en la industria juguetera los nombres patronímicos también han jugado un papel trascendental. Y si no que se lo digan a los empresarios Herman Fisher e Irving Price…
- FAMOSA: En efecto, estas son las muñecas españolas de toda la vida. No dudamos de que conoces la canción emblema de sus campañas publicitarias, ¿pero qué hay de su naming? Pues no es otro que las iniciales del origen de la firma: Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil, SA. Para mantener la competitividad en la industria del juguete, varias pequeñas empresas del sector unieron sus fuerzas, y así nació el nombre de marca esta “famosa” (nunca mejor dicho) marca de muñecas.
Además, Nancy, la muñeca icono de la firma, posee un naming con historia: todo apunta a que su denominación tiene que ver con una canción que interpretaba Frank Sinatra junto a su hija Nancy, y que se convirtió en el “trending topic” de la época, a mediados de los 60.
No podemos hablar ya de casualidades con este otro nombre de muñecas de Famosa: Jagget’s, la línea de muñecos-bebé de estética urbana. Su naming, que es diferenciador y moderno, proviene del vocablo anglosajón “Jagged”, que significa “mellado”. El objetivo de transmitir un juguete atrevido para despertar la curiosidad de los más pequeños de la casa, queda así cumplido.
Lego: la marca que supo cómo acertar con el verbal branding
Lego es la marca de juguetes mejor valorada a nivel mundial, seguida a mucha distancia por Fisher-Price y Barbie.
Tras haber superado ya el medio siglo de vida, la marca, que es danesa, parece insaciable por su afán de continuar haciendo historia. Por supuesto el mérito no se le puede asignar solo al nombre, pero hay muchas otras marcas de construcciones y esta, desde luego, acertó también en la puesta en práctica de una buena estrategia de verbal branding.
Lego debe su nombre de marca a su lengua natal, y en concreto, a las palabras ‘leg dogt’, que en danés significa “jugar bien”. La marca tuvo pericia al elegir el nombre, ya que además de tener un significado en su tierra de origen, dicho significado aporta una filosofía de marca, una proposición de valor, un motivo para comprar… y además se cercioró de que fuese un naming sencillo, de fácil pronunciación, internacionalizable...
Lego sí que supo cómo hacer que su público objetivo, que al fin y al cabo son los pequeños de la casa, no tuvieran ningún tipo de problema para recordar el naming y así poder repetirlo hasta la saciedad hasta que viesen el juguete de Lego entre sus manos.