El naming de los grupos musicales desde los años 60 hasta la actualidad son la fiel muestra no sólo de las tendencias generacionales importadas de otros países, sino también de la identificación del nombre con el género musical en el que triunfan. A partir de los años 60 el país empezó a vivir una época de bienestar tras las privaciones de la posguerra. La creación de una nueva clase media y el aumento del poder adquisitivo cambiaron el estilo de vida de los españoles: llegaron masivamente turistas y los españoles empezaron a viajar al extranjero.
Paralelamente y parejos a estos hechos, los jóvenes despertaron a una música que venía de fuera y comenzó una ruptura generacional que los llevó a consumir formas y ritmos americanos y europeos.
Y, por supuesto, todos estos movimientos de consumo musical se reflejarían activamente en los nombres de los grupos que nacieron a partir de esa época. Quedó ya atrás la utilización de un naming artístico para su identificación y ahora surgen nuevos nombres con carácter, que evocan, describen y enmarcan al grupo (o al artista) en un determinado género musical.
Desde finales de los 50 hasta los años 70
Desde finales de los años 50 llegaron a suelo español nuevas tendencias musicales como el rock, el twist, el madison, al que luego siguió la yenka, y muchas otras expresiones que se ponían de moda, sobre todo en verano. Con estas corrientes, surgieron un gran número de grupos musicales.
Los pioneros fueron los Dynamic Boys, que gracias al locutor de Radio Barcelona Enrique Fernández (que reconoció que no sabía inglés, ¡cómo somos los españoles!) los presentó en 1958 en su programa radiofónico ´La comarca nos visita´ como el Dúo Dinámico y con ese nombre saltaron a la fama.
Los Estudiantes, Los Pekenikes, Mike Ríos (sí, sí el Miguel Ríos que conocemos todos), Los Relámpagos, Lone Star, Los Sirex, Bruno Lomas, Los Mustang, Micky y Los Tonys y Los Bravos, entre otros, se decantaron por la música rock. La música rock que se hacía en ese momento y los nombres reflejan esa ruptura con lo que se conocía anteriormente.
La mayor parte de las denominaciones están salpicadas de influencias anglosajonas, además de que algunas de sus canciones están interpretadas, obviamente, en inglés, porque… ¿Quién no reconoce el famoso hit parade de Los Bravos Black is Black?
La tendencia francesa del yeyé llegó de la mano de María Isabel Llaudes Santiago, conocida como Karina, con esa ‘k’ tan trasgresora. Y también aterrizó en el territorio español la influencia de The Beatles con Los Sonor y, en especial, con Los Brincos a los que calificaron de Los Beatles españoles.
A finales de los 60 y principios de los 70 comenzaron a aparecer grupos bajo el género pop y rock melódico, con un estilo nuevo de nomenclatura, como por ejemplo Los Diablos, Los Módulos o Fórmula V, este último con Cuéntame uno de sus grandes éxitos, que sigue muy de moda hoy en día con la serie homónima de TVE.
El naming de la Movida hasta la actualidad
La Movida fue un movimiento contracultural que surgió en los primeros años de la Transición española. Pronto se generalizó y se convirtió en la Movida española, prolongándose hasta mediados de los 80.
Este movimiento produjo estilos y vertientes nuevas en música, cine, literatura, prensa, televisión, fotografía, moda, etc. Y, especialmente en la música, quedan patentes esos cambios en los nombres de los grupos musicales. Formaciones, que con el paso del tiempo, se han convertido en grupos de culto y, por supuesto, de marca: Los Secretos, Radio Futura, Nacha Pop, Los Elegantes, Gabinete Caligari, Loquillo, entre muchos otros…
Poco a poco y hasta la actualidad se pueden identificar no solo el género en el que despuntan, sino también las distintas generaciones a las que pertenecen por el nombre de sus agrupaciones: Leño, Barón Rojo, Barricada, Obús, Extremoduro…; Mecano, Hombres G, La Quinta Estación, La Oreja de Van Gogh, El Canto del Loco, Maldita Nerea, el Sueño de Morfeo, Love of Lesbian, Vetusta Morla, Russian Red…
¿Y qué me decís de Gemeliers?
Raphael y Alaska: la perduración y el saber adaptarse
Miguel Rafael Martos Sánchez, el jefe indie o más conocido como Raphael es el claro exponente de la permanencia incombustible de un artista. Lleva más de 55 años encima de los escenarios con un repertorio pletórico de novedad, por lo que sus canciones más «antiguas» se están grabando de nuevo, masterizándose con sonidos modernos más cercanos a estos tiempos que corren.
Pero… ¿Y su nombre? ¿Sabíais que adoptó la grafía ‘-ph-‘ tan característica suya del nombre del sello discográfico Phillips con el que comenzó su carrera? Y ahí está, más indie que nunca…
Por su parte, Olvido Gara Jova, Alaska, es el ejemplo de adaptabilidad manteniendo su marca personal: nunca ha dejado de ser Alaska. Desde sus inicios con Kaka de Luxe, Alaska y los Pegamoides, Alaska y Dinarama hasta los últimos trabajos con Fangoria y Nacho Canut, ha sabido evolucionar y crecer como artista, manteniendo su marca y estilo personal. Ha cambiado de nombre grupal según las circunstancias, pero Alaska siempre ha estado ahí.
Las tendencias generacionales importadas de otros países y los géneros musicales que las formaciones dominan marcan los nombres de los grupos desde los años 60 hasta la actualidad…
Y si no… ¡Desmiéntenoslo!