… que seducen y envuelven es lo que consigue Nespresso en su estrategia de naming para sus cafés de cápsula…
VOLUTTO – ARPEGGIO – LIVANTO – RISTRETTO – ROSA BAYA – VIVALTO ….
Son nombres que nos llevan a sensaciones, nos vinculan y nos sugieren una experiencia de origen (país, región) o a un carácter o personalidad asociada. Como si de una nota olfativa de fragancia o de un buquet de vinos se tratase, la cuidada y sofisticada estrategia de naming de Nespresso construye una fuerte credibilidad y permite contar y presentar historias acerca de sus 16 diferentes tipos de café para todos los momentos, expectativas y públicos. Empezando por sus nombres inspiradores que imprimen fuerza, carácter, dulzura, suavidad, aroma, diversidad, amargor o finura…
Todo a través de nombres bien alineados y sonantes que construyen una nomenclatura convincente, de calidad y que incita a prueba y disfrute.
Un ejemplo inspirador y quizás también válido para chocolates, bebidas alcohólicas, helados, postres o incluso snacks… Todo un potencial por descubrir, para construir y obtener mejores marcas, narrativas y discursos con ellos, hoy desgraciadamente muy basados en ingredientes, en forma de elaboración o en un nuevo lugar de origen para definir un sabor… más que en describir sus experiencias y sensaciones. ¿Por qué nos costará tanto como branders cuidar estos aspectos de las expresiones verbales?
Y si los nombres son presentados por estrellas de cine u otros famosos, entonces se convierten además en música y en referentes de calidad, buen gusto y estilo de vida para nuestras marcas. Ahí es nada.
¿Cómo comparar este mundo con el resto de cafés en el mercado?