Las bodegas y marcas de vino han debido reinventarse durante la última década. Y es que el consumo de vino ya no forma parte de la cultura joven, principalmente en España. ¡Hace pocos años se consumían 60 litros de vino por persona y año! Ahora, en cambio, esa cantidad no llega a los 20 litros. Las marcas de vino siguen apareciendo, pero un hecho curioso es que los namings de las mismas han ido evolucionando hasta llegar a límites insospechados. Para los nostálgicos, los típicos nombres de marcas Castillo de no sé qué y Marqués de no sé cuánto ya no se llevan.
El branding ha llegado al mundo del vino, y lo ha hecho para quedarse. Por eso, es posible encontrar en cualquier tienda especializada en vinos algunos namings tan llamativos como Teta de Vaca o Kamasutra. Crear nombres de marcas nunca fue fácil, pero existen algunos trucos con los que poder diferenciarse del resto de la competencia.
Crear nombres de marcas de vinos
El típico nombre de bodega castizo y aristócrata ha pasado a mejor vida. A la hora de crear nombres de marcas, los nuevos bodegueros buscan opciones mucho más transgresoras, con el fin de rejuvenecer al público consumidor de vino. El objetivo, por lo tanto, es aumentar las ventas. Y para ello, el branding corporativo y todos los elementos de los que se compone, como el packaging, el logo o la propia identidad verbal de la marca son imprescindibles.
Es cierto que un nombre de marca poco convencional y divertido no es ni mucho menos sinónimo de calidad del producto. Pero sin duda aporta un aire de frescura al mundo vinícola que lo ayuda a potenciar sus ventas. Las claves para poner un nombre de marca de vino son las siguientes:
- Poner nombre a una marca no solo es sinónimo de creatividad: la producción de vino, para los más entendidos, es un proceso que debe realizarse con el alma. Por eso, al crear un naming para una marca no solo se deben de tener en cuenta aspectos como la originalidad o el impacto que éste pueda producir entre el público objetivo. Es necesario que el naming también responda a los valores de identidad que la bodega quiera transmitir.
- Conoce a tu público: el mundo del vino necesita conseguir nuevos aficionados y para conseguirlo, es necesario que las estrategias de branding corporativo que se lleven a cabo sean acordes a los gustos de los jóvenes.
- Hay que diferenciarse de la competencia: a la hora de crear un nombre de marca es importante peinar el mercado para estudiar los namings de la competencia. Diferenciarse del resto mediante un nombre original y que respete los valores de la marca siempre será sinónimo de éxito.
- Evitar connotaciones negativas: otro aspecto importante a la hora de crear un nombre de marca para una bodega es que no tenga connotaciones negativas en otros idiomas. El mercado del vino internacional valora mucho los productos de las bodegas españolas, por eso es muy probable que un vino acabe internacionalizándose. Si eso ocurre, es mejor tener un naming apropiado para que la bodega no se lleve un buen disgusto.
- Implicación absoluta: al fin y al cabo, es la marca de vinos quien va a bautizarse a sí misma. Así que, independientemente de los consejos y namings que se propongan por parte de profesionales del sector, es importante que los directivos y personal de la bodega sigan de cerca este proceso.
En el mercado español existen más de un millón de marcas, muchas de ellas referidas a bodegas de vino. La competitividad es máxima y por lo tanto, la originalidad a la hora de establecer las principales líneas de branding corporativo de la marca deben de ser primordiales.