El nombre ya refleja una actitud de innovación. Llega la mayor revolución de los videojuegos desde su lanzamiento: OUYA. Una nueva generación de consolas a 99 $ ahora para dos targets: los que quieren crear su propio juego (indies o productores independientes), y los que prefieren jugar sobre lo disponible. Una marca, como reza su credo, “del pueblo para el pueblo”.
Un éxito que arrasa y que está llamado a amenazar a SONY (Wii), Nintendo (PS3) y a Microsoft (XboxLive). Un fenómeno que ya en el 1er día de lanzamiento rompió stocks y agotó existencias en Amazon y Target. Por eso desde Nombrand le prestamos una especial atención y análisis a su naming.
OUYA es una marca diferencial en forma, fondo y estilo, que basa su crecimiento y expansión en la coparticipación y experiencia compartida entre los mismos usuarios que son los que crean, cuelgan y distribuyen sus videojuegos con OUYA, vendiéndose las consolas a un tercio del precio de sus competidores (99 $). Atrás quedan ya pues los gimmicks, diseños o personajes propietarios típicos de las “tradicionales”.
Aunque algo semejante al nombre Yahoo, OUYA pertenece a una nueva generación de nombres avanzados, internacionales, exportables, modernos, cortos, jóvenes y con un estilo de vida innovador y abierto a todos, que se integra en las nuevas corrientes de simplicidad, tecnología, democracia participativa, capacitación y experiencia positiva (oyeah) (oui, sí en francés) y con un toque de humanidad en tecnología y electrónica. Ouya en forma de exclamación denota una actitud de sorpresa, capacitación, iniciativa y hasta estado de ánimo.
El reto para ese tipo de productos es además poder y saber sobrevivir diferenciadamente a todo la ingente tipología de submarcas o comarcas de apps y/o productores independientes de diverso pelaje con los que se interrelaciona e interrelacionará en el futuro.
OUYA es una nueva generación de nombres muy emocionales y que saben enganchar ya de entrada. El corto nombre refleja lingüísticamente y en una palabra lo que puede ser casi febril para los más indies, llegando a ser hasta la exclamación (ouyá!) de su manera de pensar. Atrás quedan ya nombres como la “Playstation”, ahora una fría PS3, que paulatinamente queda relegada a otras épocas y tipo de usuarios.
Ello invita a la reflexión acerca del alcance y recorrido que deberían tener los nuevos nombres cuando se crean, se seleccionan y se eligen por parte de los consejos de administración o propietarios. Prevenir y visionar correctamente el futuro en evolución puede significar durar o sobrevivir en él o no.
El naming innovador siempre fue un acto de creación de identidad para valientes. Una decisión de vida o muerte para el éxito o la duración de un negocio. Ajustar la visión correcta puede ser crítico. Y en tecnología aún más. OUYA tiene ya en su mismo nombre el espíritu vencedor y revolucionario de su ADN, redefiniendo por completo la categoría de videojuegos y consolas.