El secreto está en la “marca”, elige bien tu naming

Levantar desde cero una empresa es un proceso muy costoso anímica y económicamente. Se necesitan grandes dosis de energía y mucha pasión para materializar algo que en un principio solo existía en nuestra cabeza. El problema es que no solo es necesario hacer realidad una idea de negocio. ¡También hay que dotarla de personalidad! Ese aspecto de las marcas es probablemente el más difícil de definir, ya que estas deben dotarse de una serie de valores, filosofía y sobre todo… ¡de un naming! Al fin y al cabo, ¿qué seríamos las personas sin un nombre? Pues lo mismo ocurre con las marcas, pero su trascendencia es mucho más relevante que para las personas. Crear el nombre de una marca puede suponer la diferencia entre el éxito o el fracaso, así que es mejor seguir estos consejos.

¡Fíjate bien antes de bautizar a tu marca!

La elección del naming es de suma importancia porque una vez esté establecido y los consumidores asocien ese nombre a una marca, es difícil y muy costoso cambiarlo. Por lo tanto, cuando se inicia un proceso creativo para crear un nombre de marca se busca cumplir tres aspectos: que el naming atraiga, que legalmente sea registrable y que venda. Las maneras para conseguirlo son las siguientes:

1. Elegir qué tipo de palabra será el naming: es importante primero establecer la diferencia entre si queremos bautizar a nuestra marca con una palabra que ya tiene significado o inventarnos una nueva. ¡Depende de lo que escojamos podremos ahorrarnos más de un dolor de cabeza!

2. En el caso de que escojamos una palabra que tenga significado, esta debe usarse de forma arbitraria. Es decir, podemos usar el naming “León” a una marca de colchones. Al principio puede parecer extraño, pero este tipo de namings tienen una ventaja: son fácilmente reconocibles por el público. ¿La parte negativa? Que es difícil asociarlas al producto al que hacen referencia.

3. Si la palabra escogida para el naming es inventada, podemos jugar con ventaja. Primero, porque son novedosas, agradables fonéticamente y por norma general gozan de viabilidad legal. Ahora bien, cuesta mucho más establecer los namings en el mercado y en el imaginario de los usuarios. ¡Pero si lo consigues, has triunfado!

4. Evita los namings descriptivos: al crear el nombre de una marca no se deben escoger nombres que describan cualidades de aquello que vamos a comercializar. Puede ser muy tentador ponerle Chocolate a una marca que venda productos derivados del cacao, pero ese hecho va a traer más problemas que cualquier otra elección. Primero porque no podremos impedir que otros hagan lo mismo, y segundo porque encontraremos muchos más problemas jurídico-técnicos detrás.

5. Evitar connotaciones negativas en otros países: por ejemplo, en los años 20 cuando Coca Cola llegó a China, los vocablos escogidos para la marca significaban “muerda el renacuajo de cera”, hecho que perjudicó enormemente las ventas. Posteriormente, se cambió por “felicidad en la boca”.

imagen corporativa de nombra

 

Por último, es muy necesario ser original a la hora de crear el nombre de una marca porque el mercado valora la diferencia. Este hecho nos permitirá diferenciarnos de la competencia, evitar acciones jurídicas de otras empresas con nombres similares y no crear confusiones en el usuario con otras marcas que nos puedan perjudicar. Por eso, siempre es recomendable dejar la creación del nombre de marca a expertos profesionales. ¡No te la juegues!

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