Gaultier sorprende de nuevo con Kokorico

 

Sí, es una onomatopeya: como nuestro conocido “ki-ki-ri-ki” español. Es lo último que ha presentado como nombre de marca el genuino Gaultier, tras sus anteriores y famosas líneas de perfume “Le Male” para hombre.

Un nombre que nos inicia a un viaje apasionante, inspirador y misterioso de seducción, hacia una refinada gallardía latina valientemente presentada (incluso con plumas), inspirándose en el mismo gallo (que es símbolo francés o portugués y latino, por tanto…), incorporando colores de pasión y fuego seductor (rojo y negro).

La sorpresa continúa en su botella, con forma de cabeza y que muta de silueta/ forma al cogerse y verse la botella de perfil, recuperando desde este lado de nuevo la forma de torso masculino tan característico de “Le Male”,  de la Maison Gaultier. Una declinación maestra en la forma.

En general vemos una alineación muy conseguida de nombre – envase – colores – formas – attrezzo, a través de la cabeza,  las plumas, el gallo y el nombre como onomatopeya, la tipografía (véase la k de gallo), los colores y las notas olfativas (de chocolate y madera) para reflejar la pasión y la seducción latina, expresada de forma casi mitológica, carnavalesca, veneciana, exótica y misteriosa, presentada por el modelo Jon, en un conjunto que nos parece queda redondo y muy cultivado y rico en símbolos.

Los caracteres del nombre pasando de las C a las K, le dan más fuerza, modernidad y distintividad a un nombre con 3 sílabas remarcadas, musicales y que “graban neuronas”. Todo un ejemplo de creación redonda que podrá gustar a los latinos, anglosajones o asiáticos o no – pero que parece bien construida y dispuesta a dejar huella, despertando la curiosidad.

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