NombrAND
La imagen de marca de una empresa es comparable al aspecto de una persona. Más allá de nuestra personalidad real, la experiencia y sensaciones que transmitimos a los demás cuando interactúan con nosotros es lo que determina si les caemos bien o mal. Con las marcas, pasa exactamente lo mismo pero aplicado al mundo del branding corporativo.
El naming o el logo, por lo tanto, forman parte de la imagen de marca pero en ningún caso una pyme debe limitar su estrategia brand solo a estos dos conceptos. De hacerlo, corren el riesgo de que le suceda como a ese 44% de nuevas marcas retail que surgen en el mercado y que no son capaces de superar los 4 años de vida. Está demostrado, por lo tanto, que la reputación e imagen de marca son el trampolín que impulsan hacia el éxito a las pequeñas empresas del sector retail.
¿Qué se entiende como imagen de marca?
La imagen de marca de una pyme puede entenderse e interpretarse de muchas maneras. Aunque, de todas ellas, tres conceptos siempre salen a la palestra: la filosofía de empresa, la esencia y los valores de marca. Es decir, todo un compendio de intangibles que son los que, a la postre, van a conferir a la marca esa condición de originalidad y credibilidad tan ansiada dentro del mercado. Estos conceptos con los que acaban por aglutinar el significado de imagen de marca, que se engloba dentro de la estrategia de branding en la que podemos incluir el naming, el logo, el eslogan o el tono utilizado para comunicarse con los usuarios.
¿Qué puede hacer una pyme para mejorar su imagen de marca?
Las marcas del sector retail pueden utilizar varias técnicas para mejorar la experiencia de marca del cliente cuando interactúan con ellas. Es cierto, a pesar de todo, que muchas marcas minoristas rechazan este tipo de estrategias por desconfianza, desconocimiento o por tener la creencia de que les supondrán una inversión inalcanzable. Nada más lejos de la realidad. Dotar a una marca de unos valores y personalidad propia y diferenciada no es tan difícil. El problema es conseguir una coherencia entre mensaje y acción, así como ser efectivo en la transmisión del mensaje.
Algunas acciones son las siguientes:
- Potenciar el hecho de ser una empresa local y accesible: según algunos estudios recientes, los consumidores valoran cada vez más el hecho de que una marca sea autóctona. La razón se vincula principalmente a la cercanía, confianza y credibilidad que puede suponer tener una marca que fabrica los productos cerca de casa. Es más un factor psicológico que otra cosa, pero potenciar este aspecto puede ser una buena forma de mejorar la imagen de marca.
- Fomentar un espíritu aventurero es también una buena manera de permanecer siempre en la brecha, como diría Shakespeare. El problema es que muchas pymes, superada la fase de estabilización, se olvidan de seguir probando nuevos métodos de acercarse al cliente.
- Innovar: este punto está estrechamente relacionado con el anterior, y supone un plus a la hora de encontrar nuevos nichos de mercado que hagan expandir la actividad y valores de una marca. Cuando una empresa consigue crear una imagen de marca que se perciba como sinónimo de innovación y tendencia, el éxito está asegurado, porque nos convertimos en un referente.
- Diferenciarse es absolutamente primordial. ¿Por qué un cliente iba a confiar en una marca nueva que no le aporta nada? En estos casos, es difícil convencer del cambio y lo más probable es que el consumidor siga confiando en la marca conocida. Este hecho puede evitarse mediante la configuración de una imagen de marca imponente, así como a través de una gestión eficiente que permita activar a la marca comercialmente.
En definitiva, el naming y el logo son importantes, pero las pymes no deben confundir esa importancia con la que tiene el concepto de imagen de marca, que engloba muchos de esos aspectos. Las deben ser conscientes de cuál es el camino a seguir para triunfar. Y es que, en muchas ocasiones, fijarse en lo que realizan las grandes marcas puede ser un impulso para adquirir ideas y potenciarse hacia el estrellato.
